La semana pasada Lydia Molina publicó en el blog Desalambre de eldiario.es una estupenda entrada titulada “ONG ¿de qué estás hablando?” abriendo un debate sobre un tema totalmente recurrente y necesario en el tercer sector.  Aparte de recomendar su lectura me sentí totalmente identificado con el tema ya que en Quepo lo vivimos y trabajamos a diario. Así que tras leer el post me salio el impulso de un comentario. La limitación de caracteres me freno la extensión y ya veis, lo he acabado convirtiendo en este post.

Como comunicador me he encontrado
muchas veces con este problema del lenguaje complejo de las OGNs. Muchas veces las entidades nos piden que traduzcamos contenidos a un lenguaje
sencillo, un lenguaje básico. Desde nuestro primer documental “El Proceso de lo Posible” ya nos enfrentamos al problema. Y desde entonces hemos tenido clara la respuesta. No se trata de rebajar el nivel del discurso o simplificar los contenidos. Para nosotros eso es, en cierta manera, infantilizar o disminuir a las personas receptoras. El lenguaje y el discurso pueden y deben ser ricos y
complejos. Tenemos las personas, espectadoras y consumidoras de contenidos, más preparadas de la historia de la comunicación.

Desde nuestra perspectiva y como bien apunta el post de Lydia, el problema está en las palabras. En el argot del sector de ONGs que es propio, técnico y a veces hasta burocrático (será por esos formularios imposibles de subvenciones). Esos términos propios, traídos de otros idiomas o generados desde la necesidad de definir. Esos que las ONGs utilizamos a diario son palabras cargadas de significado
para nosotras pero vacías de significado para una receptora externa. Son públicos diferentes y por tanto deben ser trabajadas desde la comunicación también de forma diferente. Las personas que forman el público son una de las claves del éxito en la comprensión de contenidos. Hay que tener claro a quién nos dirigimos. Si
nuestro público son las profesionales o voluntarias del sector que serán
capaces de comprender, no es necesario cambiar. El argot existe para
facilitarnos la comunicación entre nosotras. Pero cuando se trata de redes, webs o vídeos donde
llegará todo tipo de público es necesario utilizar un lenguaje
comprensible. Si nos queremos comunicar el primer objetivo es ser
entendidos. Pero es un gran error considerar que comprensible es igual a simple.

Estoy de acuerdo en muchas cosas con Eloisa Nos, su trabajo no tiene precio para los que nos dedicamos a comunicación en este sector. Pero no tan de acuerdo en esto de traducir lo complejo a lo sencillo. Lo complejo es complejo y
es importante el comunicarlo con su complejidad, y el reto que tenemos los comunicadores es hacerlo comprensible. También
estoy de acuerdo con Yolanda Polo, no creo que sea necesario prohibir los
términos propios del sector. Son necesarios y por tanto hay que usarlos sin abusar y explicarlos cuando sea necesario. Tenemos que hacer una comunicación pedagógica y educativa que, desde el respeto
al receptor inteligente, se conozca a si misma y sea capaz de insuflar
significado a esos términos.

Dejo aquí uno de los primeros vídeos que hicimos en Quepo con el Foro Comunicación Educación y Ciudadanía (Mirar con cariño que ya tiene años) con una entrevista a Eloisa Nos sobre esta idea de comunicación educativa.

3 propuestas: Comunicación Educativa por exea

Como decía al principio, en los
audiovisuales que hacemos en Quepo muchas veces nos hemos encontrado en
la tesitura de valorar una posible rebaja en la complejidad del discurso. Pero siempre hemos optado por mantener la complejidad y trabajar el lenguaje. Y podemos decir que estamos plenamente satisfechos con los resultados. Es la experiencia en las proyecciones que nos ha demostrado que efectivamente el público es perfectamente capaz de seguir los discursos de documentales como “el proceso de lo posible” o pelis como “Interferencies“. Y muchas veces nos ha sorprendido el nivel de debate en entornos donde se presupone un nivel bajo (las presunciones son muy malas).

La rebaja de contenido y complejidad y también lenguaje, se practica a diario en la televisión. La “pre”supuesta “incapacidad” de seguimiento y comprensión del espectador por parte de los programadores, es el argumento que
sustenta una televisión de un nivel bajo. Que menosprecia a su propio público. Nosotros entendemos lo contrario. Se trata de ir subiendo el nivel, haciendo crecer el lenguaje y la complejidad de los discursos, para crecer todos juntos como sociedad. Ese es el espacio donde la comunicación se convierte en una herramienta para cambiar el mundo.

Y sino, ¿porqué  han funcionado tan bien Salvados, InsideJob, InterferenciesComprar, tirar, comprar y muchos otros productos que comunican desde la complejidad adecuando el discurso al público?

Y aquí un poco de Omar Rincón sobre la televisión y su lógica discursiva.